Sortarazi, liderada desde el movimiento de seglares claretianos, tiene proyectos en varias localidades de nuestra Diócesis: en Bilbao, en la zona de Getxo, Uribe Kosta, Leioa y Erandio. Con la actual crisis sanitaria su trabajo se ha visto incrementado en las últimas semanas, explican que cuando ha llegado esta crisis totalmente imprevista, están teniendo que responder a nuevas necesidades y han constatado que la zona de Bilbao estaba más cubierta, con la respuesta de otras entidades, por eso han centrado su esfuerzo en las demás zonas donde no hay tanto tejido asociativo “y las personas y las instituciones nos han pedido liderar ciertas respuestas a demandas como el alojamiento de personas sin hogar o la cobertura de necesidades básicas. También hemos visto –dicen- un fuerte incremento de ofertas para trabajar en determinados sectores y que nos han llegado a través de nuestro servicio de intermediación laboral”. Personas en exclusión con problemas mentales, dispositivos de urgencia en polideportivos o el reparto de comida a 300 familias son algunas de las necesidades a las que responden desde la asociación.
En concreto, en Sortarazi, están reforzando la atención en el albergue permanente y centro diurno de baja exigencia, que ya gestionaban para la comarca de Getxo y Uribe Kosta. “Esto nos está suponiendo un gran esfuerzo y refuerzo del personal, ya que han quedado confinadas en el mismo 15 personas en exclusión social, muchas de ellas con problemas de salud mental. En algunos momentos el confinamiento está suponiendo una ventaja para la mejora de hábitos de algunas personas y para crear hogar, pero en otros está habiendo muchos conflictos relacionales. Llevamos ya mes y medio”.
Todo ello desde su misión claretiana de responder a lo más urgente, oportuno y eficaz
Por otro lado, gestionan un dispositivo de alojamiento de urgencia en un polideportivo de la zona a petición del Ayuntamiento de Getxo y de la comarca de Uribe Kosta. El polideportivo de Andra Mari de Getxo, en el que hay alojadas 25 personas en confinamiento. “Esta situación –dicen- nos está brindando la oportunidad de trabajar más de cerca con personas a las que antes nos resultaba más difícil llegar y que tenían poco acceso al albergue permanente. Se trata sobre todo de jóvenes inmigrantes con muchas potencialidades pero que por falta de recursos de atención están cayendo en una red de exclusión de la que cada vez es más difícil salir. Creemos que compartir el Ramadán con ellos, con el asesoramiento del servicio Biltzen, va a ser algo muy enriquecedor para la entidad”.
También han reforzado e incrementado el servicio de reparto de alimentos y cobertura de necesidades básicas con acompañamiento social y contención emocional. “Si bien en los últimos años habíamos intentando ir reduciendo este servicio más asistencial para que la cobertura de necesidades básicas la realizaran los servicios públicos de una forma más digna, nos encontramos en estos momentos que debemos aumentarlo lejos de reducirlo para responder a las necesidades urgentes de muchas familias en vulnerabilidad social que se han visto más afectadas que nadie en esta crisis, o de familias que estando en el límite se han encontrado de repente con pérdida de ingresos y sin la cobertura del comedor escolar de hijos e hijas”. En este mes han recibido la demanda de alimentos de casi 100 familias más, además de las casi 200 que ya atendían, “a esta situación de precariedad se une la dificultad emocional de gestionar tanta incertidumbre en una situación de encierro obligado y que hasta ahora no tenían cómo gestionar más que cuando acudían a nuestro servicio”.