Con motivo de la festividad de san Antonio María Claret, misioneros claretianos y miembros de las otras ramas de la familia claretiana, laicos y religiosos, participaron este domingo en una eucaristía en el Santuario del Corazón de María de Barcelona. La misa llenó el templo en una celebración que estuvo presidida por el superior general y contó con los miembros del consejo general y el provincial Ricard Costa-Jussà.
«¿Qué haría hoy ante la situación actual el padre Claret?», se preguntó en la homilía el prefecto de apostolado de la congregación, Pedro Belderrain. «Claret no se quiso quedar quieto, con los suyos, no es difícil imaginar cómo reaccionaría hoy. Organizaría una revolución para ponerlo todo patas arriba, nos diría que no podemos callar, que expliquemos lo que hemos visto y oído».
El padre Matthew Vattamattam, superior general de la congregación, que presidió la celebración, recordó que «la clave de Claret» fue que estaba «arraigado en Cristo y audaz en la misión». «Hoy necesitamos esto, que cada claretiano esté arraigado en Cristo y sea audaz», manifestó.
La celebración del padre Claret fue también especial en Vic, donde el padre Vattamattam presidió una celebración internacional en catalán, castellano e inglés a las 11 horas de la mañana. Precisamente, estos días se reúne el consejo general en Vic después de su elección en los próximos seis años. Durante todo el día también se pudo visitar el sepulcro de san Antonio María Claret, que de forma excepcional abrió la marquetería.